El cuerpo humano convive constantemente con microorganismos, con bacterias, algunas necesarias y otras que pueden ser perjudiciales. Estas pueden causar infecciones en nuestros dientes, causando caries dental, deterioro de dientes tratados o daño en los dientes afectados por un golpe o trauma.
Si la infección llega al interior del diente, los tratamientos tradicionales no sirven, el diente debe ser tratado con endodoncia o en el peor de los casos, extraído.
La endodoncia o tratamiento de conductos, es el procedimiento que utilizan los odontólogos para eliminar la pulpa del diente infectada y sellar el conducto, conservando así un diente que de otra manera tendría que ser extraído.
La pulpa es la parte más interior del diente y está constituida por un tejido blando que contiene nervios y vasos sanguíneos.
El procedimiento comienza quitando la pulpa infectada, limpiando y desinfectando cuidadosamente el interior de la misma con soluciones antisépticas y antibacterianas. Posteriormente, se sellan los conductos con materiales clínicos específicos para prevenir una reinfección, permitiendo recuperar la salud del diente. A veces para restaurar mejor un diente se coloca además una corona.
La causa más frecuente es la infección, inflamación y necrosis de la pulpa, por ingreso de bacterias en la pulpa dental por la existencia de una caries profunda, aunque existen otros factores que pueden provocarla:
La causa más frecuente es la infección, inflamación y necrosis de la pulpa, por ingreso de bacterias en la pulpa dental por la existencia de una caries profunda, aunque existen otros factores que pueden provocarla.
Siempre es mejor conservar una pieza dental que extraerla, tanto desde el punto de vista estético como de salud bucodental.
Es un tratamiento definitivo capaz de eliminar el dolor de forma definitiva.
Elimina microorganismos y la infección dentaria profunda que afecta al nervio. Si recuperas tus dientes con endodoncia te aseguras mantener una sonrisa natural, sana y bonita.
Las endodoncias siempre se realizan con anestesia local, por lo que no sentirás ningún dolor ni molestia, estando totalmente consciente durante el proceso.
La recuperación es casi total al día siguiente, con lo que enseguida podrás volver a disfrutar de una buena salud.
Los materiales empleados son de origen orgánico o sintético, siendo capaces de reemplazar una parte de un sistema vivo o de funcionar en contacto directo con un tejido vivo de manera segura, confiable y biocompatible.
Si le han dicho que se tiene que hacer una endodoncia tiene que saber que no es un caso aislado. Millones de dientes son tratados y salvados todos los años con un tratamiento de endodoncia.
La endodoncia es un procedimiento que trata el interior del diente y permite mantener tanto el diente como el hueso y la encía que le rodea, así como su funcionalidad, ayudando a conservar una sonrisa natural, comer con comodidad y que con un adecuado cuidado puede durar como el resto de su dentición.
Para realizar una endodoncia es necesario en algunos casos varias sesiones. La cantidad de sesiones dependerá de la complejidad del tratamiento (evolución de la infección, acceso, visibilidad,...) y de la capacidad del paciente para aguantar sesiones largas con la boca abierta.
El tratamiento de endodoncia es en prácticamente todos los casos indoloro, ya que a día de hoy se utilizan anestésicos locales muy eficaces y de larga duración.
Acabado el tratamiento y pasado el efecto de la anestesia, podría aparecer alguna molestia durante unos días, sobre todo con la masticación, debido a la inflamación posoperatoria de los tejidos que rodean el diente. En estos casos el dentista le recetaría la medicación adecuada a su situación.
No sólo se puede sino que en la mayoría de las ocasiones es el tratamiento idóneo para resolver este problema.
Un flemón se produce por la existencia de una infección en los tejidos que rodean el diente, muchas veces debido a una enfermedad de la pulpa (nervio). Con la endodoncia eliminamos la pulpa enferma y conseguimos desinfectar y solucionar el problema.
Después de un correcto tratamiento de endodoncia y una restauración definitiva, el diente se comportará igual que los demás tanto en su función como en su duración, requiriendo los mismos cuidados de higiene, prevención y revisiones periódicas que cualquier otro diente.
Nuestra prioridad es intentar mantener la dentición natural. Cuando no es posible, la alternativa es la extracción y sustitución del diente; pero siempre que se pueda mantener la pieza dental será la opción más indicada.
Las contraindicaciones para la endodoncia son: presencia de una fractura vertical, un soporte periodontal insuficiente y la imposibilidad de restaurar la corona del diente.
Es un odontólogo especialista en el tratamiento de endodoncia. Es el profesional cuyos conocimientos le capacitan para la realización desde los casos más sencillos hasta los más complejos, retratamientos y cirugía endodóntica.